jueves, 28 de marzo de 2019

Un Golpe Mas.



Historias y fotos de la historia


Una mala traducción atómica



Parece broma, pero un pequeño cambio en la interpretación de una palabra tuvo consecuencias tan devastadoras que solo lo entenderán luego de leer los siguientes párrafos.

Es julio de 1945, Hitler se revuelca en su tumba (o huye a Sudamérica, si les gustan los cuentos de hadas) y los Aliados se hallan reunidos en Postdam, Alemania, esperando la respuesta de Japón a un ultimátum enviado en conjunto. El documento da a entender que cualquier respuesta negativa significará una "pronta y completa" destrucción del país oriental.

En Japón, reporteros exigen una respuesta al Primer Ministro Kantaro Suzuki. Él, como buen político, requiere antes la asesoría de su gabinete y responde: mokusatsu, queriendo decir "No tengo comentarios". El fatal error de Suzuki, más allá de sus decisiones en los años previos, fue escoger esta palabra para responder tan importante ultimátum.

Resulta que mokusatsu es uno de esos términos que no tiene fácil traducción, y por lo tanto su interpretación puede variar. Lo que entendieron en Postdam fue otra acepción de la palabra: "no digno de una respuesta".

De haber sido un poco más comunicativo, Suzuki habría dicho algo como "tengo que reunirme con mi gabinete, luego contestaré". No fue así, y Estados Unidos se tomó tan a pecho el "insulto" japonés, que decidió probar algo que estaban cocinando sus científicos hace algunos años: la bomba atómica.


El muro de Berlín cayó luego de una conferencia de prensa mal preparada

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Es la pesadilla de toda persona: aparecer en público sin tener idea qué decir. Esto no debería ocurrirle a personajes de peso, pero sucedió y significó, a lo mínimo, acelerar la caída del muro de Berlín y la posterior reunificación alemana.

Günter Schabowski era un político menor dentro del Partido Socialista Unificado, el partido único de la República "Democrática" Alemana. Se dice que tenía un problema con la bebida, pero eso no fue impedimento para que fuera enviado por su gobierno para dar una supuesta rutinaria y aburrida conferencia de prensa emitida a nivel global, la noche del 9 de noviembre de 1989.

Pasaron 50 minutos y no había ninguna sorpresa. Los mismos periodistas recuerdan estar tremendamente aburridos y al borde de quedarse dormidos, cuando algo dicho en alemán por Schabowski sacudió la modorra del lugar.

Al vocero de turno no le habían comentado que leería una nueva regulación sobre emigración, que permitiría mayores libertades para salir del país: el proceso para requerir una visa se simplificaría.

Entre balbuceos y otra que otra improvisación, Schabowski, quien claramente era primera vez que leía el documento, comunicó que sería posible salir del país bajo requerimiento. Una avalancha de preguntas se vino, y Schabowski decidió ignorar todas, menos una que lo inmortalizaría para siempre: "¿Cuándo entrará en vigor?", preguntó un periodista italiano.
El vocero hojeó el documento, leyó algunas palabras sueltas, y bajo la presión de todos los presentes, respondió: "Por lo que tengo entendido... inmediatamente".

¡Paf! Lo que era originalmente una medida moderada en la política de viajes de la Alemania Oriental, se transformó, gracias a la vaguedad e ignorancia de Schabowski, en una invitación a cruzar las fronteras libremente.

Tampoco le podemos achacar toda la responsabilidad al político. La ley había sido antes modificada astutamente por el joven abogado Gerhard Lauter, quien cambió algunos términos claves con el fin de quitar severidad a las restricciones de la ley original. También, una vez que los puntos de paso se llenaron de entusiastas alemanes, el Partido no comunicó órdenes claras a sus guardias, quienes a eso de las 11.30 de la noche se rindieron y dieron paso a la salida de las multitudes. Al día siguiente hubo intentos de volver a tomar el control, pero las puertas para la unificación alemana ya se habían abierto y esta fue la guinda de la torta de un proceso que ya no podía detenerse

Aun así no podemos ignorar la importancia que tuvo aquella desastrosa rueda de prensa de Schabowski. Cuando falleció en 2015, el New York Times lo recordó con una columna titulada muy justamente: "Günter Schabowski, el hombre que abrió el Muro".



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