Historias y fotos de la historia
Una mala traducción atómica
Parece broma, pero un pequeño
cambio en la interpretación de una palabra tuvo consecuencias tan devastadoras
que solo lo entenderán luego de leer los siguientes párrafos.
Es julio de 1945, Hitler se
revuelca en su tumba (o huye a Sudamérica, si les gustan los cuentos de hadas)
y los Aliados se hallan reunidos en Postdam, Alemania, esperando la respuesta
de Japón a un ultimátum enviado en conjunto. El documento da a entender que
cualquier respuesta negativa significará una "pronta y completa"
destrucción del país oriental.
En Japón, reporteros exigen
una respuesta al Primer Ministro Kantaro Suzuki. Él, como buen político,
requiere antes la asesoría de su gabinete y responde: mokusatsu, queriendo
decir "No tengo comentarios". El fatal error de Suzuki, más allá de
sus decisiones en los años previos, fue escoger esta palabra para responder tan
importante ultimátum.
Resulta que mokusatsu es uno
de esos términos que no tiene fácil traducción, y por lo tanto su
interpretación puede variar. Lo que entendieron en Postdam fue otra acepción de
la palabra: "no digno de una respuesta".
De haber sido un poco más
comunicativo, Suzuki habría dicho algo como "tengo que reunirme con mi
gabinete, luego contestaré". No fue así, y Estados Unidos se tomó tan a
pecho el "insulto" japonés, que decidió probar algo que estaban cocinando
sus científicos hace algunos años: la bomba atómica.
El muro de Berlín cayó luego de una conferencia de prensa mal preparada
Es la pesadilla de toda
persona: aparecer en público sin tener idea qué decir. Esto no debería
ocurrirle a personajes de peso, pero sucedió y significó, a lo mínimo, acelerar
la caída del muro de Berlín y la posterior reunificación alemana.
Günter Schabowski era un
político menor dentro del Partido Socialista Unificado, el partido único de la
República "Democrática" Alemana. Se dice que tenía un problema con la
bebida, pero eso no fue impedimento para que fuera enviado por su gobierno para
dar una supuesta rutinaria y aburrida conferencia de prensa emitida a nivel
global, la noche del 9 de noviembre de 1989.
Pasaron 50 minutos y no había
ninguna sorpresa. Los mismos periodistas recuerdan estar tremendamente
aburridos y al borde de quedarse dormidos, cuando algo dicho en alemán por
Schabowski sacudió la modorra del lugar.
Al vocero de turno no le
habían comentado que leería una nueva regulación sobre emigración, que
permitiría mayores libertades para salir del país: el proceso para requerir una
visa se simplificaría.
Entre balbuceos y otra que
otra improvisación, Schabowski, quien claramente era primera vez que leía el
documento, comunicó que sería posible salir del país bajo requerimiento. Una
avalancha de preguntas se vino, y Schabowski decidió ignorar todas, menos una
que lo inmortalizaría para siempre: "¿Cuándo entrará en vigor?", preguntó
un periodista italiano.
El vocero hojeó el documento,
leyó algunas palabras sueltas, y bajo la presión de todos los presentes,
respondió: "Por lo que tengo entendido... inmediatamente".
¡Paf! Lo que era originalmente
una medida moderada en la política de viajes de la Alemania Oriental, se
transformó, gracias a la vaguedad e ignorancia de Schabowski, en una invitación
a cruzar las fronteras libremente.
Tampoco le podemos achacar
toda la responsabilidad al político. La ley había sido antes modificada
astutamente por el joven abogado Gerhard Lauter, quien cambió algunos términos
claves con el fin de quitar severidad a las restricciones de la ley original.
También, una vez que los puntos de paso se llenaron de entusiastas alemanes, el
Partido no comunicó órdenes claras a sus guardias, quienes a eso de las 11.30
de la noche se rindieron y dieron paso a la salida de las multitudes. Al día
siguiente hubo intentos de volver a tomar el control, pero las puertas para la
unificación alemana ya se habían abierto y esta fue la guinda de la torta de un
proceso que ya no podía detenerse
Aun así no podemos ignorar la
importancia que tuvo aquella desastrosa rueda de prensa de Schabowski. Cuando
falleció en 2015, el New York Times lo recordó con una columna titulada muy
justamente: "Günter Schabowski, el hombre que abrió el Muro".
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